Catequesis Mariana

María Santísima no sólo es nuestra Madre, sino que, como buena madre, también es nuestra guía perfecta, ya que Ella conoce muy bien cuál es la voluntad de Dios para nosotros y cuál es el camino que, de antemano Dios nos ha preparado a cada uno de nosotros, y la Virgen nos quiere ayudar a recorrerlo.
Por eso ¡qué bueno es consagrarnos en cuerpo y alma a María, nuestra Madre!, ya que Ella sabrá guiarnos en medio de todas las dificultades que nos pongan el mundo, el demonio y la carne, para que lleguemos seguros al puerto deseado de la salvación.
Dejémonos guiar por la Virgen, pues así como un turista que visita una tierra desconocida, debe dejarse guiar por un experto que conozca el lugar y todos los pormenores; así también María es una experta guía en el camino hacia el Cielo, no sólo porque Ella lo recorrió primero, y lo sabe por experiencia, sino también porque al ser María Esposa del Espíritu Santo, tiene la Sabiduría de su Esposo, y además dosificada con su cariño y comprensión de Madre y de Mujer.
¡Qué bueno es confiarse a María y confiarle todo lo nuestro!
Si hacemos así, estamos más que seguros, aunque todo el Infierno nos haga la guerra, porque la Virgen es superior a toda criatura, y está sólo por debajo de Dios.